La ciencia no miente, hacer deporte mejora y alarga la vida. Partiendo de esta premisa, es interesante desarrollar el porqué de esta afirmación con tan poco lugar a la discusión.
La Organización Mundial de la Salud se ha expresado infinidad de veces acerca de todos los problemas que trae consigo el sedentarismo, y ha llevado adelante políticas que favorezcan la difusión de lo saludable que resulta para las personas la práctica habitual de deporte.
También se ha encargado de difundir la idea de que para realizar deporte de forma habitual no es necesaria una exigencia máxima y que, por el contrario, el simple hecho de caminar todos los días durante 20 o 30 minutos puede significar un cambio radical en la vida de las personas a largo plazo.
Por otro lado, el deporte no solo ofrece beneficios para la salud física, sino también para la mental. La liberación de endorfinas al realizar ejercicio físico favorece la sensación de bienestar, alivia el estrés, mejora el sueño e incrementa la autoestima, combatiendo las tan modernas crisis de ansiedad y depresión.
Sedentarismo y falta de deporte
Que hacer deporte mejora y alarga la vida es indiscutible. El sedentarismo es un enemigo silencioso del que las personas ni siquiera tienen registro hasta que llegan los problemas. Desde el punto de vista científico, en relación con la salud, se trata del estado que implica un nivel de actividad menor al necesario para mantener una condición física saludable.
Este poco ejercicio físico tiene la característica de deberse al predominio de actividades como mirar la televisión, trabajar frente a un ordenador o leer. L o cual no requiere un gasto de energía, y es cada vez más habitual en las ciudades modernas donde se tiende a evitar el esfuerzo físico, priorizando actividades intelectuales. Si hacer deporte mejora y alarga la vida, el sedentarismo actúa de la manera absolutamente contraria.
La salud mental
Como mencionamos anteriormente, la falta de actividad física constituye un grave problema de salud en todo el mundo. Y aunque parezca mentira esto se ve potenciado en los países más desarrollados. Si bien el enfoque habitual en el sedentarismo son los problemas que puede traer a nivel cardiovascular. Lo cierto es que no debe dejarse de lado la salud mental y todo lo que a ella rodea.
El sobrepeso, la obesidad, los problemas de sueño o la diabetes son los factores más observados y más visibles. Pero también se aprecian otras cuestiones que son pocas veces tenidas en cuenta como la posibilidad de sufrir un infarto, elevación del colesterol y hasta el cáncer.
Pero, además, se observa una notable mejora el rendimiento cognitivo. Y varios estudios han hallado una asociación entre el nivel de actividad física y diversos desenlaces positivos a lo largo de la vida. Sobre todo cuando se tiene en cuenta a la tercera edad.
Nunca dejar de practicar deporte
Para esto es muy necesario volver al deporte como parte de un estilo de vida. Una vez que se incluye dentro de una rutina diaria y que adquiere un rol protagonista dentro de la vida de las personas ya no será ni siquiera considerado como un esfuerzo. De hecho, una vez incorporado, las personas comienzan a sentirse de mala manera cuando sucede que un día no han podido ocupar un hueco haciendo deporte.
Por ejemplo, adquirir la costumbre de caminar será un beneficio espectacular para continuarlo durante la tercera edad. Y si a eso le añadimos un mínimo trabajo de fuerza para mejorar la resistencia y la tonificación muscular hará mucho más sencillo evitar lesiones. Tanto de tipo óseas como articulares.
Hacer deporte mejora y alarga la vida: comenzar el día al aire libre
Uno de los consejos más promovidos dentro de esta idea de que hacer deporte mejora y alarga la vida es comenzar las mañanas pasando unos minutos caminando al aire libre. Para esto, por ejemplo, un paseo con el perro resulta ideal. Ya que estaremos favoreciendo por un lado ese mínimo indispensable de actividad física diario casi sin darnos cuenta. Pero es que, además, la luz solar envía una señal al cerebro con el mensaje de que es hora despertar y activar a todo tu cuerpo para dejar de producir melatonina, una hormona reguladora del sueño.
El aire fresco también ayudará a que comiences el día con más energía. Y ya debería haberte quedado claro lo importante que resulta a nivel mental la actividad física.
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