A pesar de lo que muchos creen, prestar atención a varias cosas a la vez y ocuparse de muchas cosas en simultaneo puede bloquear a la mente en lugar de activarla. De hecho, los principales actores que perjudican al cerebro son el estrés y la falta de sueño, mientras que también pueden incluirse en esa lista la falta de actividad física, la mala alimentación y la falta de actividad mental. Este último punto es el que suele confundirse con el exceso de la misma. En este artículo hablamos sobre juegos, deportes mentales e inteligencia.
Retrasar el deterioro cognitivo
Para desacelerar el deterioro cognitivo, que es indetenible en los humanos, y mejorar la capacidad cerebral en general, se proponen practicar diferentes ejercicios y deportes mentales de forma habitual. Para a través de ellos lograr adoptar, al fin y al cabo, una actitud curiosa frente a la vida.
Y es que tanto la curiosidad como las ganas de aprender hacen que el cerebro literalmente cree nuevas ramificaciones neuronales que sustituyen a las que ya están muertas por el paso del tiempo. Y estimular actividades nuevas a través, por ejemplo, de nuevos deportes mentales.
El número que se debe dedicar diariamente a este tipo de tareas es, simplemente, entre 25 y 30 minutos. Y con las resoluciones de los juegos o ejercicios se estarán mejorando aptitudes como la atención, la agilidad mental, la concentración y la memoria.
Es importante entender que este tipo de ejercicios no restauran un problema que ya se haya generado, sino que funcionan como prevención a problemas futuros que pueden ir desde la falta de concentración hasta cuestiones más delicadas. Pero el concepto general es que entrenando la mente cerca de media hora al día se producirán mejoras notables en varios aspectos de la vida relacionados con el cerebro.
La neurociencia en el deporte
Con el tiempo, este tipo de conceptos fueron entendidos dentro del mundo del deporte como un excelente complemento a los entrenamientos físicos, técnicos y tácticos. Comprobando que entrenar la mente era tan importante como entrenar al cuerpo.
Nuestro cerebro es, seguramente, el órgano más poderoso que poseemos. Y olvidar mantenerlo estimulado y bien entrenado (por ejemplo, con deportes mentales) puede repercutir muy negativamente en el desarrollo del deportista. A pesar de mantener una rutina de ejercicios y de una preparación física impecable.
Es una total mentira que los jugadores de fútbol, en particular, o los deportistas en general no pueden volverse “más inteligentes”. Y son muchísimos los ejemplos de jugadores que hablan de que al ser entrenados por determinados entrenadores en algún punto de su carrera les resultó determinante para su desarrollo. Bielsa y Guardiola son dos de los casos más mencionados en el mundo del fútbol, pero seguramente existan muchísimos más.
De hecho, es bastante común que hoy en día los jugadores decidan por qué equipo fichar poniendo en la balanza no solo el beneficio económico, la ciudad o la liga en la que podrían jugar. Sino también por el entrenador y cómo puede repercutir en su carrera.
De la misma forma en que se pueden mejorar cualidades físicas como la fuerza, la resistencia o la flexibilidad, también se puede hacer lo propio, mediante diferentes deportes mentales, con el cerebro y, por tanto, con la inteligencia. Volverse un deportista inteligente, hoy en día es una herramienta fundamental para destacar sobre el resto.
Los deportistas inteligentes
En la actualidad, lograr formar futbolistas inteligentes es uno de los desafíos más grandes de los entrenadores. Y, más específicamente de su grupo de trabajo enfocado en mejorar esos aspectos. Si se parte de la base de que una persona inteligente puede desarrollar las aptitudes necesarias para adecuarse de buena manera según el contexto que la rodea, entonces un futbolista inteligente también debe contar con todas esas características con el simple objetivo de decidir mejor.
La buena toma de decisiones se ha vuelto determinante a la velocidad en la que se practica el deporte hoy en día. Dentro del terreno de juego se ven los resultados que se trabajan durante la semana en campos como la neurociencia o la psicología deportiva. Y si bien se les dedica muchísimo menos tiempo que a los aspectos físicos o tácticos, cada vez se profundiza más en estos aspectos.
En resumen, la clave es que el futbolista sea flexible dependiendo de todo el contexto que lo rodea. Y un futbolista inteligente se caracteriza por lograr aumentar el número de buenas decisiones durante la competición .
Comentarios recientes