La socialización es el proceso por el cual un ser humano, desde la infancia, adquiere los hábitos, creencias y conocimientos acumulados de la sociedad a través de la educación y la formación para la condición de adulto. Diversas investigaciones nos sugieren que los deportes juegan un papel positivo a la vez que negativo en esta socialización, lo que denominamos socialización en el deporte, no sólo entre los jóvenes atletas, sino también entre los niños y los adultos. Otras investigaciones además nos indican que los deportes cumplen diferentes papeles en la socialización de los niños y las niñas.
Fomento de la amistad
Los deportes fomentan la identidad y la amistad. La participación en los deportes ayuda a crear una identidad social. Algunas investigaciones citan que «los jóvenes de secundaria que participan en actividades deportivas organizadas consideran que los deportes proporcionan un lugar para conocer a otros jóvenes que tenían al menos un interés compartido». Otros estudios además indican que los programas deportivos de calidad pueden ayudar a desarrollar y mantener relaciones saludables entre los jóvenes.
Relaciones entre niños y niñas
Los deportes pueden ayudar a los niños y niñas a socializar de diferentes maneras, y esto puede ser positivo o negativo. Participar en diversos deportes socializa a los niños en roles de género tradicionales, mientras que la participación similar socializa a las niñas en roles de género no tradicionales. Los deportes tienen un beneficio social adicional para las estudiantes-deportistas de secundaria, quienes encuentran que la participación en los deportes es una forma de romper los estereotipos de género, mejorando su sentido de posibilidad.
Interactuación niños y adultos
Los deportes juveniles también pueden ayudar a los niños a aprender a interactuar con los adultos, como los padres y sus maestros. Los mismos «programas deportivos de calidad» que pueden beneficiar las interacciones entre los niños también pueden beneficiar los intercambios entre «jóvenes y adultos». Esto nos sugiere un efecto dominó. Los padres promueven el desarrollo social y las habilidades sociales de los niños al inscribirlos en programas. Estas habilidades pueden mejorar las relaciones de los niños con sus maestros.
La socialización en el deporte: señales de advertencia
Muchos de los deportistas podrían participar en actividades sociales poco saludables: Faltar a la escuela o a clases, hacer que alguien de la casa llame a la escuela con fines disciplinarios, y ser enviados a la oficina del director. Además, el abuso de alcohol en los adolescentes que participan en deportes competitivos se ha convertido en un fenómeno social, es decir, una función del grupo de compañeros con el que los estudiantes están asociados. No obstante, otros estudios también explican que los adolescentes que participan en deportes consumen menos alcohol que aquellos que no están involucrados en actividades deportivas.
Historia de la socialización en el deporte
Existe una larga tradición de investigación sobre el deporte y la socialización. Las raíces de esta investigación se encuentran en las teorías que explican el papel del juego en el desarrollo infantil, en las nociones de la era Progresista de que los deportes de equipo formaban un entorno en el que se aprendían valiosas lecciones, y en las populares suposiciones del siglo XX de que la práctica de deportes era una experiencia inherente de construcción del carácter.
Los estudios de socialización en el deporte se iniciaron en la década de 1950, cuando se inspiró a padres y expertos en desarrollo, a encontrar las mejores condiciones para mostrar a los niños, especialmente varones, las habilidades necesarias para tener éxito como adultos en las economías nacionales de rápida expansión y competitividad. Muchas personas consideraron que las experiencias estructuradas en los deportes competitivos eran contextos ideales para la socialización de los niños. Se suponía que los deportes enseñaban a los jóvenes lecciones sobre el trabajo en equipo, la competencia, los logros, la productividad, la conformidad con las reglas y la obediencia a la autoridad. En consecuencia, los deportes organizados y los deportes interescolares crecieron drásticamente, aunque el ritmo de este crecimiento varió según la nación y regiones.
Hasta mediados de los años ochenta, la mayoría de las investigaciones sociológicas sobre la socialización en el deporte se basaban en el funcionalismo estructural, el neomarxismo y la teoría del conflicto. Investigación basada en el supuesto de que la socialización era un proceso de aprendizaje de roles a través del cual las personas internalizaban valores y orientaciones que les permitían participar en los sistemas sociales establecidos. También se basó en el supuesto de que el deporte era una institución social organizada en relación con el sistema social del que formaba parte.
Cambio de enfoques
Desde mediados de los años ochenta, la mayoría de las investigaciones se han basado en una combinación de teorías interaccionistas y críticas. El enfoque utilizado en estos estudios asume que:
- los seres humanos son personas activas y autorreflexivas que toman decisiones, definen situaciones y actúan sobre esas decisiones
- la socialización es un proceso que dura toda la vida y que se caracteriza por la reciprocidad y la interacción de las concepciones, objetivos y recursos propios de todos los que participan en la interacción social
- las identidades, papeles y patrones de organización social se construyen socialmente a través de relaciones sociales que están influenciadas por la distribución del poder y los recursos en determinados entornos culturales
- los deportes son prácticas culturales con formas y significados variables
Este cambio en los enfoques teóricos y los supuestos utilizados para guiar la investigación sobre la socialización y el deporte se representa en las formas en que los académicos han estudiado la socialización en el deporte, fuera del deporte y a través del deporte.
Conclusión
Desde finales de los años 80, un multitudinario número de estudios relacionados con el deporte y la cultura deportiva han considerado la socialización en el deporte como un proceso comunitario y cultural. Utilizando varias combinaciones de teorías críticas, estudios culturales y postestructuralismo, los investigadores han llevado a cabo análisis textuales en los que se centran en los deportes como lugares en los que las personas construyen y cuentan historias que pueden utilizarse para dar sentido a sus vidas y a los mundos en los que viven. En el proceso, la cultura se produce, reproduce, reforma o transforma. Gran parte de esta investigación analiza los discursos basados en los medios de comunicación mediante la deconstrucción de las imágenes y las narraciones utilizadas en relación con el deporte y las personas de las figuras deportivas, especialmente los atletas de alto perfil.
Estos hallazgos indican que los deportes se consideran con mayor precisión como lugares de experiencias de socialización en lugar de causas de resultados de socialización específicos. Esta distinción reconoce que los deportes y la participación en ellos pueden implicar experiencias poderosas y memorables, pero que esas experiencias adquieren significado sólo a través de las relaciones sociales que se producen en contextos sociales y culturales particulares.
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