Ser un deportista, ya sea en el nivel de élite o que simplemente disfruta de hacer deporte de manera recreativa, pero con seriedad, conlleva una serie de reglas que lo convierten en un ejemplo. Hoy hablamos sobre las reglas para el deportista.
Y es que ser deportista no solo significa ir al gimnasio 2 veces por semana o salir a correr todos los lunes, miércoles y viernes. Las reglas para el deportista, nos explican que existen una serie de hábitos que son los que reflejan el actuar de las personas que realmente tienen el sueño de alcanzar metas (y una vida) saludables.
Desde aspectos tan diarios como la buena alimentación y la hidratación, hasta crear junto con el entrenador una buena rutina de entrenamiento para mantenerlo a largo plazo, las reglas para el deportista sirven tanto para quienes acaban de comenzar a profundizar en el mundo del deporte como para los más experimentados.
La buena alimentación
La nutrición es algo que afecta a todas las personas, pero esto se ve potenciado en los deportistas. Ya que necesitan aún más de los nutrientes y el combustible que aportan los alimentos. En la alimentación para el deportista, tanto en épocas de competición como en la vida en general, poner el pensamiento detrás de cada ingesta de comida puede ser una diferencia muy grande entre un rendimiento regular y uno óptimo.
La clave es entender que comer de forma sistemática mantiene los niveles de energía estables. Mientras que planificar las comidas y las meriendas con tiempo garantizará mantener el régimen de alimentación y, por tanto, alcanzar los objetivos propuestos.
Obedecer al entrenador
El entrenador es la pieza fundamental para la preparación y es por eso que obedecerlo debería ser una de las reglas para el deportista más importantes que existen. De nada servirá que se prepare un gran plan de entrenamiento a tu medida si luego no respetas la idea y no sigues al pie de la letra todos los consejos que te han dado.
Siempre mantenerse hidratado
La hidratación mediante la ingesta de líquidos es fundamental para un deportista. Sobre todo, si hablamos de alta competición. El rendimiento disminuye cuando la deshidratación se encuentra por debajo de niveles que rondan entre el 1% y el 3% del peso corporal del deportista. Pero es a partir del 5% que se comienzan a producir calambres, dolores de cabeza y contracturas, que consumen tantas energías.
Por eso se dice que la correcta hidratación es fundamental para el buen rendimiento y se debe realizar durante todo el día. No solo en horas de entrenamiento.
La constancia en el entrenamiento
Respetar un plan de entrenamiento es otra de las grandes reglas para el deportista. Ya que de nada servirá comenzar con una excesiva motivación para que luego vaya mermando hasta llegar a abandonar el deporte. También resulta muy importante crear una rutina antes, durante y después del entrenamiento que incluya momentos de hidratación, una alimentación detallada e incluso la cantidad de horas de sueño necesarias para poder rendir al máximo nivel.
Contar con objetivos y metas claras
Otra de las reglas para el deportista es tener un porqué. Una motivación diaria para poder levantarse e ir a entrenar sin pensarlo dos veces, para seguir una dieta alimenticia sin necesidad de sentirse con ganas de dejarla de lado para poder comer y beber lo que sea. Si la ambición es lo suficientemente grande, el desafío también lo será, pero también será mucho más fácil llevarlo a cabo porque en la mente estará siempre ese objetivo final.
Mantenerse motivado
A la hora de conseguir esos objetivos, no todo se trata de la alimentación y una buena rutina, sino que la motivación también juega un papel fundamental para lograr el máximo rendimiento. Para esto, es tan importante la automotivación del deportista, por ejemplo, repasando sus metas o a través de la música, como la del entrenador, quien deberá estar siempre acompañando al atleta para sacarle toda la energía posible.
Los suplementos son una buena opción
Lo natural siempre es la mejor opción, pero también existen suplementos nutritivos que son naturales y no están de más. Lo importante es lograr complementarlos con alguna dieta puntual que sea recomendada por un profesional y que no funcionen como el reemplazo de otra comida. El asesoramiento de un especialista es lo que marcará la diferencia entre la buena y la mala utilización de un suplemento.
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