Desde edades tempranas el deportista debe comprender que su formación académica relacionada con el deporte será de gran utilidad por el resto de su vida, y no solo de su carrera. Por eso, la recomendación es que los alumnos combinen sus responsabilidades dentro de la formación con alternativas de carácter lúdico-deportivas que les permitan observar los valores y habilidades que se escapan de los clásicos libros de texto. En este artículo hablamos sobre la formación académica del deportista.
Dentro de ese contacto con el deporte, la socialización también se vuelve una gran protagonista tanto en niños como, especialmente, en adolescentes. De esta manera podrán desarrollarse dando una gran relevancia al auto concepto y la autoestima, fundamental en estas y en cualquier etapa de la vida.
Entonces, la formación académica del deportista no solo hace referencia a los estudios propiamente dichos como material de consulta y conocimientos teóricos. Sino también a todo este tipo de habilidades prácticas.
Si bien el deporte proporciona multitud de beneficios desde la niñez hasta la adolescencia, como el hecho de tener responsabilidades y obligaciones, a cumplir unas reglas determinadas o a servir a los demás mediante el espíritu de equipo, lo cierto es que con las cuestiones meramente deportivas no alcanzará para que el deportista pueda afrontar la vida. La formación académica del deportista resulta tan fundamental como su carrera en sí.
El problema del abandono escolar
Uno de los principales problemas sucede cuando en la adolescencia comienza a aumentar el nivel de exigencia de los estudios y muchos jóvenes, con el aval de sus familias, se encuentran ante el dilema de elegir entre continuar con los estudios o dedicar su vida totalmente al deporte. Porque, así como aumenta la exigencia escolar, también lo hace el nivel de competitividad y compromiso dentro de los clubes o las instituciones deportivas.
Esta es una cuestión que debería atacarse desde las propias familias, federaciones deportivas o grupos de entrenadores que se encargan de sostener el bienestar de sus deportistas. Ya que la formación académica tiene que considerarse como un aspecto vital para el futuro de todas las personas, hablemos o no de deportistas.
El problema radica en que, en muchas ocasiones, no solo ocurre que las familias o los entrenadores no consiguen convencer a los deportistas de que continuar con los estudios es el camino correcto. Sino que son ellos mismos quienes promueven el abandono de los mismos con el fin de potenciar las habilidades deportivas. Esto sin duda genera problemas muy importantes no solo por la falta de formación académica del deportista. Sino que también se ve potenciado si no consigue el objetivo de ser profesional en la práctica de elite.
Ventajas de la formación académica del deportista
La formación académica del deportista ha promovido diversos estudios que demuestran que los deportistas que han seguido con una formación académica (incluso universitaria) y se vuelven profesionales y referentes en sus disciplinas deportivas, se caracterizan por responder de mejor manera ante situaciones de adversidad.
Puntualmente, se demostró que presentan una mayor capacidad de gestión del estrés. Acertando con un mayor porcentaje en la toma de decisiones, ya que manejan de diferente manera emociones como la ansiedad. Entienden el éxito como una meta, un estímulo y una motivación. Y, ante ello, son las instituciones las que día a día se suman para apostar por la formación académica del deportista como un método de volverlos mejores competidores.
De hecho, hoy en día las Universidades promueven este tipo de estudios al reservar algunos cupos para deportistas de élite. El Consejo Superior de Deportes invierte importantes sumas en la formación académica del deportista de alto rendimiento a través de becas y subvenciones. Mientras que federaciones como la Real Federación Española de Fútbol se han centrado en diseñar programas específicamente preparados para las categorías juveniles de la Selección nacional. Intentando potenciar las habilidades futbolísticas con la educación.
Lamentablemente, la vida profesional de los deportistas suele ser corta y, según el deporte en particular, suele rondar entre los 30 y 40 años. Después de eso, llega otra nueva etapa, que muchos no estarán preparados para afrontar. La carencia de formación académica del deportista de elite se observa con mayor notoriedad en este momento. Y puede volverse un problema de integración en la sociedad tras la retirada deportiva.
Comentarios recientes