Es muy habitual que, al volver a entrenar después de mucho tiempo, los días posteriores se vuelvan realmente difíciles por culpa de la dificultad para agacharse, sentarse o incluso ponerse la camiseta. Y es que el cuerpo nos recuerda constantemente, a través de las agujetas, que el día anterior (o incluso 2 o 3 días atrás) pusimos a trabajar diferentes grupos musculares.
¿Qué son las agujetas?
Las agujetas son ese clásico dolor muscular de aparición tardía que surge después de una práctica deportiva exigente o que se realizó tras mucho tiempo de inactividad. Es conocido de forma coloquial como agujetas y puntualmente hacen referencia a roturas de microfibras musculares que se producen cuando el músculo es sometido a un ejercicio que requirió de mucho esfuerzo. Estas roturas, además, suelen ir acompañadas de la inflamación del músculo.
Si bien esta es la explicación oficial dentro del mundo de la medicina, existen otras dos teorías muy populares entre quien han sufrido alguna lesión de este estilo.
La primera es que el incremento de la temperatura en la zona afectada localizada de los músculos es la que produce que los estos se calienten y eso puede provocar las lesiones.
Por otro lado, la teoría de la acumulación del ácido láctico. Tan popular en los calambres deportivos. Surge como consecuencia de la actividad metabólica que se acumula y provoca que surjan dolores musculares por su presencia junto a los músculos.
Esta última hipótesis ha sido descartada por las últimas investigaciones y si bien hay quienes aún creen que es cierto, la realidad es que es un argumento erróneo.
Entonces: ¿Cómo se producen las agujetas?
El punto clave para que se produzcan las microrroturas fibrilares que generan las agujetas es la falta de actividad física de manera continua. Y, de repente, el cuerpo se vio exigido a una intensidad a la que no estaba acostumbrado. Esto produce síntomas similares a pequeños pinchazos en la zona afectada y la intensidad de las agujetas depende del tipo de ejercicio que se realice.
Por ejemplo, si las actividades que se practicaron son de tipo anaeróbico, es decir de gran intensidad y donde el gasto energético se produce en las reservas de los músculos, el dolor suele ser mayor. El crossfit o body combat son los clásicos ejemplos de este estilo.
Otro punto importante es que las agujetas no distinguen ni sexo, ni edad, ya que se producen por igual en todos los seres humanos. Con el único factor determinante de que la persona esté o no preparada para afrontar semejante gasto de energía.
Tratamiento
La duración de la lesión dependerá del tipo de ejercicio o entrenamiento que se haya realizado. Si éste ha sido de gran intensidad, evidentemente las microrroturas serán mayores y la recuperación un poco más larga. Sin embargo, los expertos recomiendan seguir activos en la práctica deportiva a pesar de sentir un poco de dolor durante los primeros días. Ya que el movimiento impedirá que los músculos se queden rígidos. Lo que produciría aún más dolor al realizar cualquier movimiento.
Cuando nos movemos, producimos que circule la sangre en los músculos afectados. Esto ayuda a nutrirlo y oxigenarlo, por lo que el mensaje es claro: que las agujetas no te impidan entrenar.
Eso sí, no es necesario pasarse con la intensidad del entrenamiento cuando tienes las agujetas. No debes olvidar que el cuerpo te ha dado una alerta de que hace mucho tiempo no recibía una intensidad semejante al activar tu sistema muscular. Y como no quieres producir una lesión más grave, la recomendación es moverte, pero con precaución.
Realizando ejercicios de movimientos suaves y moderados conseguirás que el músculo vuelva a regularizar su metabolismo y su correcta movilidad. Acostumbrando, de paso, a los músculos al nuevo movimiento y ejercicio.
Por último, no es recomendable cambiar de deporte por haber sufrido agujetas. Es decir, si por ejemplo las has sufrido por haber ido al gimnasio, no deberías “seguir en movimiento” yendo a jugar al tenis. Ya que es una actividad totalmente distinta. Y, según los expertos, si es algo completamente distinto al ejercicio realizado inicialmente que nos hizo tener agujetas, volverás a tenerlas.
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