Cómo identificar los micromachismos en el deporte

A pesar de todos los beneficios y ventajas que produce en los seres humanos la práctica deportiva, también es justo decir que el deporte probablemente sea uno de los ámbitos en los que más discriminación se observa. En este artículo hablaremos sobre los micromachismos en el deporte.

Es cierto que no puede aislarse totalmente de un contexto social en el cual se sufre una constante falta de respeto hacia las mujeres. Y esto tiene que ver con valores que están incorrectamente arraigados en lo profundo de mentes equivocadas. Pero los derechos por los que han estado luchando las mujeres parecen esfumarse principalmente con diferentes tipos de micromachismos en el deporte.

El trato discriminatorio surge, principalmente, desde las propias instituciones deportivas y se expresa para con las entrenadoras, árbitras, jugadoras y hasta las directivas que forman parte de un ambiente históricamente dominado por el machismo.

Un punto importante a tener en cuenta, es que cuando hablamos de las deportistas que integran a las instituciones hacemos referencia tanto a quienes integran las plantillas superiores, como a las más pequeñas que están comenzando a practicar la actividad. Los clubes, directamente se encargan de incumplir con las leyes de igualdad.

El problema pasa porque no existe una consciencia real de hasta qué punto el deporte termina por contribuir para que se asuma de manera natural la discriminación hacia todas las mujeres.

Los micromachismos en el deporte son pequeños gestos y actitudes que están presentes en el día a día y que reflejan una relación desigual entre hombres y mujeres, pero al no observar el problema conscientemente, estos pasan desapercibidos y terminan por asumirse como normales.

Los micromachismos en el deporte

Es habitual observar a personas utilizando expresiones o palabras con los que, sin notarlo, menosprecian la figura de la mujer o la sitúan en una posición de inferioridad respecto a los hombres. Los micromachismos en el deporte describen exactamente esos “comportamientos y prácticas cotidianas con las que se ejerce un dominio masculino, atentando contra diversas cuestiones de la autonomía masculina” , según los define la Fundación de Español Urgente (Fundéu). Una institución creada en 2005 sin ánimo de lucro que tiene como principal objetivo colaborar con el buen uso del idioma español. Especialmente en los medios de comunicación.

Sin embargo, la primera vez que se conoce que se haya utilizado la expresión “micromachismo” fue en 1991 por Luís Bonino Méndez. Psicoterapeuta especializado en cuestiones de género. A través de la cual quiso referirse a distintos actos relacionados con la “violencia blanda”. Que englobaba expresiones que intentaban minimizar a las mujeres a un nivel inferior. Estos casos se observaban tanto en los ámbitos laborales como sociales y, claro, deportivos.

Los micromachismos corren, a su vez, con un problema muy importante para lograr su erradicación y es que ante un problema resulta sencillo identificarlo para combatirlo, pero en estos casos el problema fue socialmente aceptado hasta hace algunos años. A su vez, resultan poco visibles porque resulta complicado conseguir pruebas físicas o psicológicas que identifiquen el problema y aprender a identificarlas en el día a día incluso resulta difícil ya que se necesita mucha visibilidad.

Reconocer un micromachismo en el deporte

Uno de los principales factores en cuanto al reconocimiento de estos micromachismos en el deporte es que, como mencionamos, se alejan de la violencia física. Y se encuentran en la parte más baja de lo que fue llamado “Iceberg de la violencia de género’. Donde se sitúan los diferentes tipos de violencia de género que existen.

Pero si bien se alejan de la violencia física, tienen un efecto similar sobre las mujeres ya que logra con su objetivo generar un control sobre ellas, privándolas de derechos y oportunidades.

Los micromachismos en el deporte son muy comunes tanto en la relación hombre-mujer como incluso entre mujeres. Y su punto fuerte es el grado de invisibilidad ante la aceptación general y social del discurso que promueven. Ya que no resulta violento ni tiene mala intención. La herencia de sociedades de otras épocas son las que les han permitido desarrollarse con total impunidad. Y por eso hoy resulta un desafío demasiado grande erradicarlos totalmente.

El mundo del deporte forma parte de este desafío y las instituciones deportivas necesitan no solo reflexionar al respecto. Sino promover (como parte importante dentro de la sociedad) el correcto traspaso de valores hacia quienes los integran.