En el mundo de las finanzas y las inversiones es muy común hablar deel interés compuesto, y esto tiene que ver con el enorme poder que tiene El efecto compuestoel paso del tiempo en una determinada suma de dinero que se reinvierte cada año. Para explicarlo brevemente y pasar a lo que realmente refleja el título de este artículo, podemos decir que, si invertimos 1.000 euros y al cabo de un año obtenemos un 10% de rentabilidad, al finalizar ese período tendremos 1100 euros para invertir nuevamente y, al hacerlo, al segundo año obtendremos otro 10% de rentabilidad. Pero esta vez sobre los 1100 euros, lo que nos da un total de 1110 euros.

Esta pequeña ganancia de más que parece insignificante en los primeros años, pasado un tiempo se convierte en una bola de nieve que va acumulando capital y al cabo de, por ejemplo, 40 años la cifra asciende a los 45.000 euros. A grandes rasgos eso es lo que debe quedarte claro: Las acciones que parecen muy pequeñas al comienzo, pasado un tiempo llegarán a ser enormes por causa del efecto compuesto.

Un ejemplo claro del efecto compuesto

¿Cómo aplicar el efecto compuesto a la hora de estudiar?Supongamos que tres amigos toman rumbos diferentes en sus vidas y el primero decide estudiar una carrera, mientras que agrega media hora de ejercicio a diario. El segundo preferirá continuar en la seguridad en su trabajo trabajando de forma correcta y al llegar a casa decide leer un libro para relajarse un rato, mientras que el tercero solo irá a su empleo para cumplir su horario y poder retirarse a horario para ver su serie favorita.

Al transcurrir un año los cambios son siquiera notorios en los tres amigos, pero al cabo de 3 años, los cambios son enormes. El primero prácticamente terminó su carrera y ha bajado 20 kilos desde aquel inicio, además se encuentra muy motivado por las nuevas ideas y relaciones que le trajeron sus estudios. El segundo continúa con su vida normal casi de la misma forma en la que comenzó, y el tercero ha engordado un poco a causa del sedentarismo y siente que su trabajo no es para él porque no encuentra ninguna motivación para continuar en su empresa.

Este ejemplo ilustra no sólo el efecto compuesto y lo importantes que son las elecciones en cualquier ámbito de nuestra vida, sino que también nos muestra cómo esas decisiones repercuten enormemente en todos los demás ámbitos. Y esto se debe nada más, ni nada menos, a la interrelación entre todos ellos.

El secreto para aprovechar el efecto compuesto

Crear hábitos saludables en el deporteA la hora de estudiar y aprender, hay algunos pequeños trucos para aprovechar ese paso del tiempo de manera positiva, y estos tienen mucho que ver con los hábitos que debemos adquirir. En su libro, Darren Hardy nos habla de que la mayor parte de la gente no controla su vida, sino que simplemente se dejan llevar por sus hábitos y sus costumbres. Digamos que el cerebro humano es muy perezoso y no le agrada tomar decisiones de manera consciente a cada momento, por lo que prefiere quedarse en la comodidad de recurrir a acciones que se ejecutan de manera natural. Dentro de esa lista de acciones, se encuentran tanto los hábitos buenos, como por ejemplo lavarse los dientes, como los malos, por ejemplo comer un chocolate cuando queremos algo dulce.

La clave en la vida de un estudiante pasa por lograr automatizar los hábitos que generan cambios positivos en el largo plazo, como leer todas las mañanas 10 páginas de nuestros apuntes mientras desayunamos en lugar de revisar Instagram, o aprovechar el camino a ACADEF para escuchar nuevas ideas de ejercicios para realizar con nuestros alumnos.

Minihábitos

Por más pequeño que parezca algún minihábito que queramos introducir en nuestra vida, no olvides que al cabo de un tiempo se volverá enorme a causa del efecto compuesto y su característica de la bola de nieve. 10 páginas al día significarán un poco más de 3500 páginas al año, lo que es igual a haber leído unos 15 libros. Como verás, vale la pena sacrificar un poco de resultados de gratificación instantánea, como presentan las redes sociales, para que los beneficios en el largo plazo sean muy consistentes. Lo más importante pasa por lograr generar esos hábitos, y conseguir que el cerebro logre tomarlos como la vía más cómoda (o habitual) para enviarle la señal a tu cuerpo.

Fomentar la inteligencia deportiva

Conclusión

Con la práctica y la repetición, todos los hábitos se tornan automáticos. Y un cambio desde los hábitos negativos hacia los positivos logrará que nos encaminemos en la dirección que deseamos. Sin embargo, para eso hace falta que estemos motivados, y la mejor manera de conseguir una automotivación es que nuestros objetivos estén claramente definidos. Finalizar una carrera como el TSEAS o el curso de entrenador de fútbol puede ser una buena idea para que esos objetivos estén en nuestra mente.

Nos guste o no, el efecto compuesto a la hora de estudiar y aprender es una realidad. Y así como puede funcionar a tu favor, también puede trabajar en tu contra. Es tu responsabilidad ponerlo en marcha y que trabaje a tu servicio, o bien ignorarlo y sufrir las consecuencias negativas.